martes, febrero 10, 2009

El "Festival del Cantar Mexicano Guadalupe
del Carmen" en Chanco, Chile
La construcción de la identidad social

El "Festival del Cantar Mexicano Guadalupe del Carmen" celebrado desde 1989 en la localidad de Chanco (*), Región del Maule, Chile, tiene al menos dos razones para destacarse: lleva el nombre de la más famosa cantante de rancheras que haya nacido en Chile (y que nunca visitó México), y es el más antiguo, entre la diversidad de eventos de este tipo, que se celebran también en Puyehue (Osorno), La Serena, Valdivia, Antofagasta.

La música ranchera o mexicana, difundida en Chile especialmente con el cine, entre los años 40 y 60 mantiene un gran predominio en las zonas rurales, con una vasta tradición arraigada de artistas, radioemisoras, revistas y cancioneros, records de discos vendidos y eventos. El tiempo transcurrido explica que ya exista una segunda y tercera generación de cultores, que no experimentan esta música como algo adquirido de otra cultura, sino como una herencia absolutamente propia y legitima, vinculada estrechamente con sus vivencias..

Su vinculación con ese país es ocasional y casi ritual; por ejemplo incluir la bandera de México en el decorado, o invitar a una autoridad, un alcalde, o a algún artista mexicano a que integre parte del jurado de estos festivales o concursos. Ello es parte de la tradición, no es una necesidad. Hay mexicanos nacidos en México, pero también hay mexicanos y mexicanas chilenos: son los artistas y grupos de rancheros y rancheras que dedican su vida a este arte. Igualmente, el recibir en algunos casos un viaje a México como premio, es un estímulo, una oportunidad de conocer, pero no es necesaria para confirmar la identidad ranchera.

Es claramente un ejemplo de asimilación cultural que hace visible cómo los grupos sociales construyen sus tradiciones: generaciones han encontrado en las historias y sentimientos descritos en las letras, ritmos, melodías de México (escritas y cantadas sólo en Chile muchas de ellas) una expresión concordante y propicia para contribuir a dar sentido a sus propias vidas; concordancia que no han hallado en otras expresiones de música popular y folklórica posteriores.

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La tradición músical mexicana incluso aporta una estética visual de trajes y coreografías que refuerzan la identificación justamente por provenir de una cultura con rasgos similares en especial la herencia híbrida hispana y la vida rural.

Quizás, también, el cine mexicano contribuyó a la fascinación, que facilitó la asimilación inicial, con personajes queribles y cercanos, más cercanos y queribles que el huaso chileno que les ofrecían los medios en esos tiempos; la cueca y la tonada, asociado más con la imagen y los hábitos de figuras más lejanas del campo como los patrones de fundo y terratenientes..

Al Festival concurren rancheros y rancheras de todos las regiones de Chile, y tiene tal éxito de asistencia que en los tres días que dura, el pueblo y sus alrededores son invadidos por afuerinos que copan sus lugares de albergue y comida. También la medialuna, donde se lleva a cabo - que reemplazó al gimnasio inicial - comienza a quedar estrecha para el aumento de la demanda.

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Los grupos y artistas participantes asisten a una Misa y Homenaje de los charros y mariachis a la Virgen de la Candelaria (Patrona del pueblo) en la Parroquia San Ambrosio, el día domingo a las 12 horas en una pintoresca peregrinación que recorre las calles entre la Iglesia y el Museo Guadalupe del Carmen..

El pueblo es autor del único queso con derecho a denominación de origen chilena (Atlas Mundial del Queso. Revista de Geografía Universal, 1980), aunque esa autoría data del Siglo XVIII, cuando sus fértiles campos y vegas sostenían una rica ganadería, hasta antes del avance de la desertificación por las dunas costeras del siglo XIX ( Revista Chilena de Historia y Geografía); esa catástrofe está presente en su historia pues, también es un ejemplo destacado de intervención ambiental exitosa: la barrera vegetal que plantaron sus habitantes, dirigidos por el naturalista Federico Albert para detener las dunas que amenazaban aplastar el pueblo a comienzos del siglo XX, se conserva como un hermoso bosque en la Reserva Natural Federico Albert (CONAF).


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(todas las fotografías se pueden agrandar clickleando encima)

Junto con la amabilidad y cordialidad de sus habitantes, la cuidada gran belleza de la arquitectura provinciana tradicional chilena del pueblo, de casonas de adobe y tejas, ofrece el escenario mayor del evento.

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*) 9.603 habitantes, 58% rurales (INE). C.G.: 35°44'2.96"S 72°32'0.08"O


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sábado, agosto 02, 2008

Educación y Riqueza
Por qué Europa salió adelante con poca ayuda económica, en cambio África retrocede con mucha

La especie humana se jugó todas sus cartas al conocimiento; en su evolución natural abandonó recursos como cuerpos fuertes, garras, pezuñas, velocidad, instintos, a cambio de la adaptación más intangible, frágil y ubicua: la cultura. Con esta creación colectiva transgeneracional ganó la lucha por la supervivencia.

La cultura es conocimiento, y así como el conocimiento dio el poder a la especie, lo da a las sociedades, los grupos. La historia de las civilizaciones humanas, es otro testimonio de ello.

Durante casi mil años la Iglesia católica mantuvo el monopolio de la lecto escritura, ello le dio un poder incontrarrestable, hasta que la lectura se liberó en el siglo XV de los templos y monasterios con la invención de la imprenta y la divulgación de los libros, partiendo por la misma Biblia. Ningún enemigo, ninguna herejía, ninguna reforma pudo dar un golpe más letal a mil años de dominio.

Pero la propia Europa y su historia es por si misma otra demostración de la ventaja de optar por el conocimiento; como civilización fue la gran vencedora del II milenio: rayó la cancha no sólo en términos económicos (perfeccionando el mercado basado en el uso del dinero y la escritura) y militares (creó los ejércitos profesionales, pasó de las armas de fuerza a las de ciencia e inteligencia ), si no especialmente en creaciones culturales que se extienden y consolidan por el resto del mundo: la institucionalidad democrática, el derecho, la ciencia, la escuela pública, la música culta y popular, el arte, sus idiomas (primero el latín y luego inglés),etc.

Por supuesto que recogió aportes de sociedades vecinas y pueblos que invadió o la invadieron no siempre en forma violenta; también protagonizó largos periodos de oscurantismo y atrocidades fuera y adentro de sus territorios, pero, más que ninguna civilización conocida, Europa se jugó a la larga por el conocimiento y la razón.

La religión cristiana le dio una causa común, que fue fortalecida por una organización eclesial autoritaria centrada en la figura del Papa. Al personalizar la autoridad espiritual más alta en el mundo terrenal, el papado, le dio no sólo normas universales que contribuyeron a mantener la unidad doctrinaria y ritual, sino que también contribuyó estimular la libertad para pensar, fuera de la iglesia, las cosas mundanas, dejándole a Dios lo que es de Dios.

Ello preparó la separación de la Iglesia y el Estado, pero también fue un temprano y definitivo golpe a la autoridad religiosa sobre las cosas del mundo: no existe antecedente de sociedad antecesora que no haya hecho del gobernante la divinidad, o su representante preferencial y de la religión, la fuente privilegiada de la sabiduría.

Aun con los altibajos y etapas de oscuridad, nunca una civilización humana protagonizó y estimuló más el hábito de pensar, leer, discutir de todo; pudo llenar tantas páginas de su historia con los detalles de la vida y obra de sus sabios, pensadores, políticos, artistas, viajeros, sus academias y universidades, sus movimientos filosóficos, artísticos, políticos. La presencia habitual de naturalistas, estudiosos y artistas acompañando sus expediciones armadas alrededor del mundo, fue más permanente que la de religiosos, y tuvo un impacto imborrable en la historia.

La fuerza del conocimiento de este continente se evidencia en su capacidad para reconstruirse de sus catástrofes: como pudo levantarse, y en mucho mejores condiciones, después de la Segunda Guerra Mundial.

África recibe cada año más dinero como ayuda económica que la que recibió Europa en la década que siguió al colapso de la Segunda Guerra. Pero todas las decenas de millones de dólares que le envía el mundo, en especial los países desarrollados (el grupo G8, 52.000 millones de dólares a partir del 2002, que deben sumarse a la ayuda no gubernamental y restarse de la corrección monetaria de la inflación acumulada, p.e.) no provoca mejoramientos significativos. Incluso gran parte del continente vive hoy peor que hace cincuenta años.

El analfabetismo y baja escolaridad de gran parte de su población está directamente asociado con que la ayuda exterior termine alimentando el enriquecimiento y la corrupción de minorías privilegiadas, y financiando interminables guerras, el armamentismo de grupos tribales y caudillos ambiciosos.

Con mucho menos ayuda externa, Europa inició su reconstrucción; se calcula que en total el apoyo de EEUU a través del Plan Marshall supuso una ayuda de crediticia de 13.000 millones de dólares entre 1947 y 1952 (Wikipedia). A fines de los años cincuenta Europa alcanzó niveles de vida muy superiores a los de la pre-guerra, como un ave Fénix renació mejor después de su crisis.

La escolaridad, la educación, los siglos de cultivo de la inteligencia, no la protegieron completamente de sus errores, pero por sobre todo la ayudan para cometer menos, y en especial aprender de ellos.

El ejemplo no puede ser más contundente: por un lado, con educación y sin la ayuda externa Europa, igual se habría reconstruido; le habría tomado más esfuerzos y tiempo. Por el otro, África puede recibir todo el dinero, toda la ayuda económica, pero sin educación parece servirle de nada: lo que parece ganar en un aspecto, abre peores problemas en otras áreas (las interminables tragedias de millones de habitantes de los países subsharianos y el Cuerno de África, p.e. International Institute for Strategic Studies ).

Con una buena educación se puede perder todos los bienes materiales, pero es posible recuperarlos, y mejorarlos. Sin educación, ni siquiera es posible mantener lo mucho o poco que se reciba. La educación hace fuertes a los débiles, los dota de verdaderas armas para defenderse por si mismos: los emancipa de demagogos, líderes y caudillos corruptos, mejora sus hábitos de convivencia y su calidad de vida, los potencia para aprender más, los libera.

Todo nos conduce a la conclusión casi obvia: la educación es la verdadera riqueza, no hay meta de país más legítima que la educación de calidad para todos: un pueblo educado, produce más conocimiento, aprende aún más, es más respetuoso, vigilante y feliz. Como decían los abuelos: "la mejor herencia es una buena educación para los hijos", también lo es a nivel de nación, para las nuevas - y actuales - generaciones.



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Foto: Casa Pueblo, Punta Ballena, Uruguay, 2008.

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sábado, junio 23, 2007


Pequeños aprendizajes universales que provocan grandes mejoras en la vida humana

En la vida cotidiana moderna hay algunos aprendizajes que se han constituido en logros con resultados sorprendentes, y que para nosotros, por ser habituales, se han hecho invisibles (en el sentido que los damos por obvios), y no me refiero a ninguna maravilla de tecnología digital o mecánica, sino a unos hallazgos más simples. La mayor parte de la humanidad no los tuvo, fueron originados en pequeños descubrimientos, ideas cuyos autores a veces desaparecieron en el olvido, y que conservados, adaptados, acumulados, dan a la humanidad actual niveles de calidad de vida que generaciones sólo vislumbraron en sus sueños: no me refiero a objetos como fue la rueda, o el dominio del fuego o la agricultura, sino que a tres habilidades que tienen en común el unir, el crear puentes entre las personas me refiero al lavado de las manos, el cepillado de los dientes y la escritura.

El lavado de la manos como un hábito es un descubrimiento tardío, del siglo XIX: El médico húngaro Ignaz Philipp Semmelweis (1818-1865) descubrió que si hacía que sus médicos y estudiantes lavaran bien sus manos disminuían fuertemente la mortalidad por fiebre puerperal de las madres que atendían en la maternidad del hospital de Viena en 1847.

El vivir en un país donde todo el mundo se lava las manos es un privilegio, cuya ausencia es trágica en gran parte del África y las zonas más pobres del mundo actual: significa no sólo una barrera notable que contribuye al control colectivo de cientos de pestes, parásitos y enfermedades que aterrorizaron y diezmaron la población durante generaciones desde que apareció la especie humana; sino que también contribuye en una forma sutil pero poderosa a acercar a las personas.

Con las manos limpias se propicia la desaparición de los individuos parias y las castas de intocables, y también aumentan los hábitos de comunicarse tocándose: los saludos de contacto, los reencuentros y las caricias que se desarrollan y abundan como nunca antes en la historia. La imagen de un gobernante que saluda personalmente estrechando las manos a ciudadanos, esta lejos de la imagen del príncipe medieval que apenas se dignaba a mirar de lejos a la plebe.

El cepillo de dientes masivo -de bajo costo y fácil acceso- surgió con el nylon, en los años 50; antes, desde el siglo XVI que llegaron los primeros traídos de China, se hacían de cerdas o crines naturales, cuya mantención era más difícil porque se deformaban muy pronto y eran fácilmente atacados por hongos de la humedad, también desde la antigüedad se usaban incómodos y menos eficaces mondadientes, hilos y trozos de género. La efectividad del nuevo cepillo se multiplicó con las formulas modernas de jabón o pastas dentales, que mejoraron la efectividad del antiguo uso de sustancias como la sal, la tiza, la orina.

El cepillado acercó a las personas prolongando la dentadura y el aliento sanos; ello tuvo un impacto en la frecuencia y facilidad con que las personas sonreían, y contribuyendo a ampliar la riqueza de la herencia de expresiones emocionales. La vieja bruja desdentada quedó relegada a los cuentos infantiles del pasado. Pero su impacto fue mayor al ampliar las áreas de la comunicación humana haciéndola más íntima: acortó la distancia en los diálogos, y abrió el universo de las caricias a los besos.

Las generaciones urbanas actuales no podrían vivir sin la intimidad, la sonrisa y los besos: nunca los padres acariciaron más a sus hijos, nunca la expresión privada y pública de la alegría y la risa fueron más abundantes - una persona inexpresiva, como el cómico Buster Keaton sería hoy percibido como un desadaptado o anormal -, nunca la pareja humana vivió su sexualidad con rituales tan prolongados e intensos de caricias y contactos antes, durante y después del contacto genital.

Esto sencillos logros contribuyen a conformar este contexto, que a su vez, hace explicable que la violencia, el maltrato, la tortura y el abuso contra débiles, mujeres, pobres, menores de edad, ancianos, enfermos, inmigrantes, extranjeros y diferentes, en la intimidad de los hogares, en los empleos, en las escuela, en las calles, en la vida civil, sea cada vez más condenado y denunciado en las sociedades urbanas modernas.

El tercero, la escritura en manos de la gente común, que aporta su propio impacto, pero no sólo por posibilitar el tránsito de la prehistoria a la historia, sino que en el impacto - igual que los dos logros ya descritos- en la vida cotidiana. Para entender mejor esto veamos dos condiciones de la moderna escritura que necesitamos destacar primero.

La primera condición es que la escritura es más que historia, es el surgimiento definitivo de la memoria y de la experiencia humana, no sólo permite conservar y difundir lo aprendido, sino que ofrece puntos de partida cada vez más altos para aprender más como especie: la escritura inicia realmente la civilización. Su equivalente en el desarrollo del individuo es el lenguaje - en el desarrollo ontogenético- , no hay memoria hasta que no aparece el lenguaje, y con la memoria individual potenciada con el lenguaje surge efectivamente el potencial de inteligencia y de aprendizaje del homo sapiens.

La segunda condición que reunió particularmente el alfabeto fonético europeo, con todos sus ancestros e influencias en la antigua India, Mesopotamia, fenicios, griegos y romanos (Watson, P: "Ideas" Crítica, 2006, 125) y que se convirtió en uno de los más sencillos de todas las civilizaciones: unos pocas decenas de caracteres asociados a fonemas son las claves para codificar todo el lenguaje; pero además especialmente desde fines de la Edad Media europea se desarrollan formas de escritura simplificada que harán posible algo único en la historia humana la transformación del hombre común en lecto-escritor y desde su infancia temprana.

Antes, y con los otros alfabetos o sistemas de escritura más complejos sólo iniciados podrían acceder al domino de esta destreza, y su complejidad hacía que el uso fuese muy personal en algunos casos (mucha información requería al escritor original para ser completamente recuperada (los "escribas" Incas y Mayas por ejemplo) o propiciara una separación entre leer y escribir (gran parte de los copistas y calígrafos que laboraban en las abadías y monasterios medievales no sabía leer).

Hablamos de la lecto-escritura como una destreza masiva, dominada por cada uno de los millones de sujetos que viven en las modernas sociedades urbanas. Que todas las personas que nos rodean sepan leer y escribir, no sólo los habilita para vivir en ciudades - donde la lecto-escritura es un casi un nuevo sentido, que se agrega a la vista, el oído, el olfato -, y que por una parte, hace posible participar de la vida cívica y democrática, y que, por otra, al permitir el intercambio universal de experiencias hace posible a la humanidad como una especie.

Cuando un niño aprende a leer y escribir se hace integrante de la civilización humana en su sentido más propio: abre la puerta para iniciar el acceso a toda la experiencia de las generaciones que le han precedido y para dejar su propio grano de arena en la construcción de la cultura como herencia de la especie.

El siguiente diálogo entre un aborigen y un misionero ambientado en el siglo XVII (Rionegro 1918) en Centro América nos da una idea de cuán fascinante sería para cientos de generaciones humanas el poder ver la lecto-escritura como dominio masivo en la humanidad actual:

"estava un Missionero leyendo una carta, llegó un yndio a hablarle, y admirado de verle leer, le pidió la carta. Diosela el Religiosso, y la tubo gran rato mirandola, y mirandola, y despues, se la volvió, diciendo: esta carta esta muy enoxada conmigo. Preguntole el Missionero la caussa, y respondió: que porque no le hablaba como a el, ni la dezia nada aquel papel: como te ha de hablar (dixo el Padre) sino save tu lengua?" ( p. 204).

Lo más sorprendente de estos que hemos denominado pequeños logros: el aseo de las manos, el cepillado dental y la lecto-escritura dominada desde la infancia - es que tienen en común el ser adquisiciones relativamente recientes: no más de un par de siglos, pero su segunda condición es mucho más notable: son de dominio universal, todos las personas en las sociedades urbanas modernas practican y usan estos aprendizajes desde edad temprana gracias a la escuela. Pues es justamente en ser patrimonio universal donde radica gran parte de su efectividad, lo que hace tan grande su impacto.

Ref

Rionegro, F.F. de. Relaciones de las misiones de los PP. Capuchinos en las antiguas provincias españolas hoy república de Venezuela 1650-1817, Sevilla, Tip. La Exposici6n. (2 vols) 1918.

Watson, Peter (2006): Ideas. Historia intelectual de la humanidad: Crítica, Barcelona.


Foto: niño en escuela rural Chiloé, 2002

miércoles, agosto 02, 2006



Un pueblo abandonado que vive por un día:
la lucha contra el olvido

A diferencia del futuro, al cual le reconocemos su naturaleza incierta y sorpresiva, al pasado le exigimos seguridad; esa una certeza que necesitamos, no una verdad realmente sólida. Lo único sólido del pasado, es el barniz o el polvo que cubre los libros de historia. Necesitamos ese pasado indiscutible como el punto de apoyo desde el cual tratamos de ver el futuro y construir nuestra identidad: como en un modelo matemático, necesitamos al menos un supuesto que no requiera demostración, o al menos un flanco o retaguardia segura para salir a combatir tranquilos.

Cada vez que aparece una incertidumbre, recurrimos al pasado tratando de encontrar la pieza que le falta al puzzle, como buscando el equilibrio. Eso se traduce en que las sociedades humanas hacen cualquier cosa por construirse ese pasado, no pueden mirar el futuro sin él. Cuando no haya temor no será necesaria la historia, lo dijo primero Hegel, lo repitió después Marx, y más recientemente, Fukuyama.



En pleno desierto del norte chileno hay un ejemplo particularmente ilustrativo de esa voluntad colectiva por no perder el pasado: los antiguos habitantes del pueblo salitrero Oficina Pedro de Valdivia, Región de Antofagasta.

Se trata de uno de los últimos pueblos abandonados, de los cientos de pueblos salitreros y mineros del norte que se quedaron vacíos, de los miles en esa condición a lo largo de toda América latina, y del planeta entero, muchos de ellos verdaderas metrópolis de grandes civilizaciones como las de Meso América y el Alto Perú.

Durante todo el año el pueblo (en las fotos) es un fantasma visitado por el viento, los recuerdos y las ánimas que penan en la noche de la pampa salitrera. La única presencia humana permanente es un solitario cuidador, Benito Rojo Pastene, tan viejo y tan frágil como lo recuerdos que cuida.

Pero periódicamente, cada 6 de junio, todo cambia, se produce un hecho casi mágico: cientos de personas, adultos, jóvenes, ancianos y niños aparecen de todas partes y rememoran por un día la vida normal que llevaban allí, hasta que en 1996 tuvieron que marcharse en un destierro perpetuo, su propia diápora.

Llegan familias completas que asean las casas, pintan edificios, riegan la plaza, cocinan y hacen un ritual de vivir en los restos de sus antiguas viviendas. Organizan encuentros deportivos, un desfile cívico, una misa, y escuchan radio o - si hay alguna fecha importante- ven partidos de fútbol en la TV, tal como consideran que sería su vida normal en el pueblo que abandonaron, por una decisión ajena, de la empresa dueña del pueblo y del yacimiento salitrero. Es una puesta en escena donde la regla es ser lo más verdaderamente un habitante de pueblo vivo.

Los "pedrinos" tienen una identidad que cuidan religiosamente, en el exacto sentido etimológico de la palabra religión: los mantiene ligados: tienen clubes deportivos y sociales, sitios y foros en Internet, bares que frecuentan, y por sobre todo tienen el 6 de junio, transformado en el evento cardinal de su identidad. Ellos vivieron - dicen- eso de que su mundo fue roto ante sus ojos, el lugar donde nacieron, los rituales, las amistades, desaparecieron de manera violenta.

Para ellos revivir aunque sea por una única jornada la vida de su pueblo es un tributo a lo que les dio, es un acto simbólico y mágico donde a su manera pueden sentir que fue verdadero, que pueden unidos revertir la insólita desaparición que sembró para siempre la duda en ellos.

Las sociedades "normales", como la propia historia, no saben que olvidan: lo que no se ve, no puede verse. La entropía que borra los restos de pueblos y civilizaciones, borra también la memoria, pero para los "pedrinos" el drama es que ellos ven la acción de esa extinción año a año en los restos del mundo que vivieron: el sol, el viento, el polvo de las faenas remotas, el robo, y el tiempo mismo, van realizando inexorablemente su tarea.

Como en una obra de teatro cuando se apaga la luz, cuando se pone el sol en el horizonte del 6 de junio en el desierto, la tristeza de la despedida les llega a todos; aunque tozudos como un Sísifo, que jamás se rinde aunqe nunca gana, se llevan las tareas de reparación del pueblo que acometerán para el próximo año. Pero por sobre todo se llevan la satisfacción de confirmar que tienen un lugar donde de verdad nacieron y vivieron, es la certeza que les da su victoria anual sobre el olvido.

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domingo, abril 16, 2006


El Quijote
y su aporte
a las bases emocionales
de la Razón Occidental,
a propósito de sus 400 años


Con la publicación de El Quijote en 1605, se consagra la novela, el primer género literario que surge con y para el libro impreso. Todos los otros, el teatro, la poesía, la epopeya, el cuento, el ensayo en diálogos, las enseñanzas en parábolas y versos, la trova, habían surgido en una sociedad de tradición oral y mantenían gran parte de esos rasgos.

La métrica y la rima fueron "ayuda memoria" fundamentales en la tradición oral, también fortalecieron la poesía al destacar la musicalidad de la palabra independiente de su significado, pero mantuvieron la subordinación de la literatura al tiempo y sus limitación en la memoria. Con ello hubo una frontera que restringió el lenguaje escrito hasta la aparición del nuevo género. La restricción linguistica es restricción de ideas, fantasía.

La imprenta inventada - o re inventada - en el siglo 15, facilita el surgimiento del género por excelencia del habla cotidiana, uno de los géneros angulares para la experiencia humana en los siglos siguientes: la novela. Kundera (1994) la asocia a la Modernidad, como relato verbal casi sin límites. Para surgir necesitaba como soporte físico el libro impreso: éste ofreció la fértil tierra prometida para que la prosa pudiera "crecer y multiplicarse". La antigua opresión de la capacidad de memorizar, la lentitud y accesibilidad del manuscrito, la extensión, la métrica y la rima y la musicalidad del lenguaje hablado, incluso su representabilidad dramática, dejaron de fijar fronteras a la experiencia lingüística.

En una época como la actual donde desaparece el abismo entre razón y emoción (Damasio 1996), se hace claro que la modernidad occidental debe también mucho a Cervantes, no sólo a los científicos, filósofos y pensadores del Humanismo, el Renacimiento y la Ilustración. Sin arte y fantasía no hay ciencia. Es decir hay una impronta que legó la literatura y el arte sin la cual Occidente no se habría transformado en la cultura dominante del segundo milenio.

A diferencia de Oriente y otras culturas que optaron por la intuición y otros lenguajes, el Occidente europeo, optó por la razón y el lenguaje verbal, el lenguaje por excelencia del razonamiento. De todos los lenguajes humanos fue éste - el verbal- que soportó y condujo prioritariamente su búsqueda del conocimiento, su experiencia y su narración. La consolidación de la novela - el genero máximo de la narración en prosa - fue una entrada ad hoc para que la opción occidental no quedara coja, sin la emoción de la fantasía en un formato equivalente a su reflexionar sin límites.

El papel cardinal en la literatura occidental que Harold Bloom le atribuye a Shakespeare (1995), corresponde - lejos - a Cervantes; su error es explicable por su etnocentrismo anglosajón, refrendado por el liderazgo industrial y económico que asume a partir del siglo 19 y especialmente el 20 Inglaterra y EEUU, y su impacto en la culturas actuales.

Los fantasmas y demonios que azotan los personajes de Shakespeare son más medievales, la construcción de la identidad y búsqueda de sentido de Cervantes, son también medievales en algunos aspectos, pero están más presentes hoy, y estarán mañana.

La Modernidad, el desarrollo de Occidente y las potencialidades del mundo actual debe cada minuto de su magia a cientos de generaciones de hombres y mujeres anónimos que se destacan - entre los más cercanos - a través del aporte de pensadores como Descartes, Maquiavelo, Kant, Bacon, Hobbes, Locke, Vico, Hegel; y científicos como Kepler, Copérnico, Galileo, Newton, Pascal, Fermat, pero también a pintores como Leonardo, Migel Angel, della Francesca, Velásquez, Goya. A músicos como Guido D'Arezzo, Palestrina, Corelli, Vivaldi, Bach, Mozart y escritores como Dante, Rabelais, Moliere, Shakespeare, Schiller y, especialmente entre ellos quien destacamos aquí hoy, el propio Cervantes y su impagable Quijote.




Referencias

Bloom, Harold (1995): The Western Canon: The Books and School of the Ages. Riverhead Books.

Damasio Antonio (1996): El Error de Descartes. Editorial Andrés Bello. Santiago.
Kundera, Milan(1994): El Arte de la novela. Tusquets Editores, S.A. Barcelona
Nota: la imagen es de Picasso

miércoles, marzo 22, 2006


Adios al Miedo:
Mensaje desde una imagen de vieja enciclopedia de animales


(click encima para angrandar)

La imagen mostrada aquí nos permite evidenciar cuán extremo ha sido el cambio de la concepción humana de la naturaleza en menos de un siglo.
Una manada de lobos que guiados por el hambre, en la forma de una figura espectral, avanza hacia una ciudad buscando carne humana para alimentarse. El libro corresponde a uno de los tomos de una enciclopedia en español publicada en 1928, en Boston, Estados Unidos.

Se trata de una publicación dirigida a estudiantes, y dada la época, a dos o tres décadas de la masificación de la escolaridad obligatoria, estudiantes de las pocas familias acomodadas que podían tanto asistir a la escuela como comprar una publicación que por su envergadura y calidad debe haber sido muy cara.
No sólo el título: "El lobo se acerca a la ciudad llevado por el espectro del hambre", sino la leyenda al pie, muestran cuan amenazante y terrorífico se enseñaba a jóvenes y gente culta la identidad de los lobos. Dice abajo: "J.C. Dollman sugiere en este cuadro el avance del lobo hasta las puertas de la ciudad, llevado por el espectro del hambre. El hambre y el lobo eran terrores asociados en los días del hombre primitivo y así sigue siendo hoy en las partes más salvajes de Europa. Cuando el invierno agarrota la tierra y duerme la vida animal inferior, el torvo lobo hambriento se revuelve aun contra el hombre mismo".
En menos de cien años esa imagen se convirtió en sólo ficción, y ese "torvo animal" en una especie en extinción que muchas organizaciones y personas de todo el mundo desean cuidar. De hecho protagonizarían duras protestas si viesen que alguien - alguna publicación- tratase ahora así a esos animales.
El avance de la ciencia en el ultimo siglo ha sido tan vertiginoso, y su distribución de los conocimientos resultantes ha sido tan eficiente - con los medios de comunicación, pero especialmente por la educación masiva- que se hace muy difícil recordar cuan aplastada por el miedo y la ignorancia vivió la especie humana desde sus orígenes hasta hace tan poco.
La ciencia "desencanta la naturaleza" dijo Max Weber, esta vieja página de enciclopedia nos sirve para mostrar cómo el conocimiento ha liberado a la humanidad de muchos miedos y le ha exorcizado gran diversidad de demonios que la aplastaron por generaciones


La referencia bibliográfica es:

LOS ANIMALES: la vida, relación y hábitos de las incontables criaturas tanto raras como comunes que conviven con el hombre sobre la tierra. La zoología bellamente descrita. Colección Moderna de Conocimientos Universales (1928). Boston, Estados Unidos de Norteamérica: Editores W.M. JACKSON, INC.

domingo, agosto 14, 2005

Una Nueva Humanidad 1
el poder al ciudadano

Mientras esperaba que me atendieran en un local de fotocopiado, justo frente a mí, estaba un muchacho trabajando en un computador. Con una edad no mayor a unos 18 años, escuchaba seguro algo de rock con unos audífonos y a la vez masticaba un chicle. Me percaté de su presencia frente a mí justamente cuando interrumpió su tarea para atender su bullicioso celular.

Mascar chicle, escuchar música personal y usar teléfono portátil no solo requerían niveles de vida que sus padres chilenos no tuvieron a esa edad, sino que también implican una familiarización con tecnologías insospechadas. Pero, eso era sólo la punta del iceberg.



Contestada la llamada, reanudó su tarea: clickeó unas fotografías digitales que editó con Adobe Photoshop, las insertó luego en una documento creado con Freehand, las diagramó junto a un texto pegado desde un archivo de Word, al parecer bajó una parte de la información de su tarea que tenía en su correo electrónico, luego de una vista previa y algunos ajustes imprimió un documento a todo color.

Lo que ese muchacho realizó entre los globitos de su chicle y su errático meneo siguiendo el ritmo del rock en sus orejas, es más sorprendente que el despegue del Transbordador espacial: es una evidencia de un cambio casi tan radical en la especie humana como lo fue el surgimiento del lenguaje, la escritura, la imprenta. Ese joven realizó allí, como uno más de los sujetos que trabajan en ese lugar, una tarea percibida como rutinaria por sus pares, pero que contemplada con un poco de perspectiva era sorprendente. El sólo realizó una serie de tareas de por si complejas: editar fotografías, redactar, diagramar, seleccionar, ordenar e hilar información, elegir tipografía, revisar ortografía, elaborar un documento y luego imprimirlo.

Estas tareas hace 10 años, por no decir 20 sólo habrían sido posibles para varios equipos de trabajadores experimentados: tipógrafos, diagramadores, fotógrafos, correctores de pruebas, editores, etc.

Lo sorprendente es el enorme poder que ese muchacho tiene: no sólo puede leer y escribir (poder que monopolizaron durante miles de años las dinastías egipcias, chinas, mayas o la Iglesia Católica), el puede leer, escribir y publicar libros (no necesita ser de país dominante, no necesita peregrinar de editor en editor, no necesita una fortuna para hacer e imprimir el libro), tiene acceso a la más perfecta biblioteca inventada por el hombre ( Internet, ya no la prolongación de la palabra sino de la propia mente humana, disponible ahí, a un click del mouse), tiene en su computador no sólo un almacén para transportar sus datos, herramientas y sus trabajos sino también un medio para gestionarlos fácilmente: puede reproducir, aumentar, conservar, ordenar, intercambiar todo lo que se le antoje.

En ninguna época de la historia humana, el hombre común y corriente, tuvo tanto poder en su mano. Frente a ese sujeto, ese ciudadano no hay imperio, no hay dinastía ni institución eterna o intocable. La pose desafiante de la golondrina de la foto, parada en el aviso, se le parece un poco.



Ese sujeto representa otra humanidad, un cambio radical en la supervivencia de la especie. Mientras él teclea y clickea en su computador, en el rincón del local de la fotocopiadora, allá afuera, el Estado civil, la Iglesia, las escuelas, las Universidades siguen luchando por su supervivencia creyendo que las mismas condiciones que explicaron su surgimiento hace siglos son las que tendrán que sustentarlas mañana.

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