El Quijote
y su aporte
a las bases emocionales
de la Razón Occidental,
de la Razón Occidental,
a propósito de sus 400 años
Con la publicación de El Quijote en 1605, se consagra la novela, el primer género literario que surge con y para el libro impreso. Todos los otros, el teatro, la poesía, la epopeya, el cuento, el ensayo en diálogos, las enseñanzas en parábolas y versos, la trova, habían surgido en una sociedad de tradición oral y mantenían gran parte de esos rasgos.
La métrica y la rima fueron "ayuda memoria" fundamentales en la tradición oral, también fortalecieron la poesía al destacar la musicalidad de la palabra independiente de su significado, pero mantuvieron la subordinación de la literatura al tiempo y sus limitación en la memoria. Con ello hubo una frontera que restringió el lenguaje escrito hasta la aparición del nuevo género. La restricción linguistica es restricción de ideas, fantasía.
La imprenta inventada - o re inventada - en el siglo 15, facilita el surgimiento del género por excelencia del habla cotidiana, uno de los géneros angulares para la experiencia humana en los siglos siguientes: la novela. Kundera (1994) la asocia a la Modernidad, como relato verbal casi sin límites. Para surgir necesitaba como soporte físico el libro impreso: éste ofreció la fértil tierra prometida para que la prosa pudiera "crecer y multiplicarse". La antigua opresión de la capacidad de memorizar, la lentitud y accesibilidad del manuscrito, la extensión, la métrica y la rima y la musicalidad del lenguaje hablado, incluso su representabilidad dramática, dejaron de fijar fronteras a la experiencia lingüística.
En una época como la actual donde desaparece el abismo entre razón y emoción (Damasio 1996), se hace claro que la modernidad occidental debe también mucho a Cervantes, no sólo a los científicos, filósofos y pensadores del Humanismo, el Renacimiento y la Ilustración. Sin arte y fantasía no hay ciencia. Es decir hay una impronta que legó la literatura y el arte sin la cual Occidente no se habría transformado en la cultura dominante del segundo milenio.
A diferencia de Oriente y otras culturas que optaron por la intuición y otros lenguajes, el Occidente europeo, optó por la razón y el lenguaje verbal, el lenguaje por excelencia del razonamiento. De todos los lenguajes humanos fue éste - el verbal- que soportó y condujo prioritariamente su búsqueda del conocimiento, su experiencia y su narración. La consolidación de la novela - el genero máximo de la narración en prosa - fue una entrada ad hoc para que la opción occidental no quedara coja, sin la emoción de la fantasía en un formato equivalente a su reflexionar sin límites.
El papel cardinal en la literatura occidental que Harold Bloom le atribuye a Shakespeare (1995), corresponde - lejos - a Cervantes; su error es explicable por su etnocentrismo anglosajón, refrendado por el liderazgo industrial y económico que asume a partir del siglo 19 y especialmente el 20 Inglaterra y EEUU, y su impacto en la culturas actuales.
Los fantasmas y demonios que azotan los personajes de Shakespeare son más medievales, la construcción de la identidad y búsqueda de sentido de Cervantes, son también medievales en algunos aspectos, pero están más presentes hoy, y estarán mañana.
La Modernidad, el desarrollo de Occidente y las potencialidades del mundo actual debe cada minuto de su magia a cientos de generaciones de hombres y mujeres anónimos que se destacan - entre los más cercanos - a través del aporte de pensadores como Descartes, Maquiavelo, Kant, Bacon, Hobbes, Locke, Vico, Hegel; y científicos como Kepler, Copérnico, Galileo, Newton, Pascal, Fermat, pero también a pintores como Leonardo, Migel Angel, della Francesca, Velásquez, Goya. A músicos como Guido D'Arezzo, Palestrina, Corelli, Vivaldi, Bach, Mozart y escritores como Dante, Rabelais, Moliere, Shakespeare, Schiller y, especialmente entre ellos quien destacamos aquí hoy, el propio Cervantes y su impagable Quijote.
Referencias
Bloom, Harold (1995): The Western Canon: The Books and School of the Ages. Riverhead Books.
Damasio Antonio (1996): El Error de Descartes. Editorial Andrés Bello. Santiago.
Con la publicación de El Quijote en 1605, se consagra la novela, el primer género literario que surge con y para el libro impreso. Todos los otros, el teatro, la poesía, la epopeya, el cuento, el ensayo en diálogos, las enseñanzas en parábolas y versos, la trova, habían surgido en una sociedad de tradición oral y mantenían gran parte de esos rasgos.
La métrica y la rima fueron "ayuda memoria" fundamentales en la tradición oral, también fortalecieron la poesía al destacar la musicalidad de la palabra independiente de su significado, pero mantuvieron la subordinación de la literatura al tiempo y sus limitación en la memoria. Con ello hubo una frontera que restringió el lenguaje escrito hasta la aparición del nuevo género. La restricción linguistica es restricción de ideas, fantasía.
La imprenta inventada - o re inventada - en el siglo 15, facilita el surgimiento del género por excelencia del habla cotidiana, uno de los géneros angulares para la experiencia humana en los siglos siguientes: la novela. Kundera (1994) la asocia a la Modernidad, como relato verbal casi sin límites. Para surgir necesitaba como soporte físico el libro impreso: éste ofreció la fértil tierra prometida para que la prosa pudiera "crecer y multiplicarse". La antigua opresión de la capacidad de memorizar, la lentitud y accesibilidad del manuscrito, la extensión, la métrica y la rima y la musicalidad del lenguaje hablado, incluso su representabilidad dramática, dejaron de fijar fronteras a la experiencia lingüística.
En una época como la actual donde desaparece el abismo entre razón y emoción (Damasio 1996), se hace claro que la modernidad occidental debe también mucho a Cervantes, no sólo a los científicos, filósofos y pensadores del Humanismo, el Renacimiento y la Ilustración. Sin arte y fantasía no hay ciencia. Es decir hay una impronta que legó la literatura y el arte sin la cual Occidente no se habría transformado en la cultura dominante del segundo milenio.
A diferencia de Oriente y otras culturas que optaron por la intuición y otros lenguajes, el Occidente europeo, optó por la razón y el lenguaje verbal, el lenguaje por excelencia del razonamiento. De todos los lenguajes humanos fue éste - el verbal- que soportó y condujo prioritariamente su búsqueda del conocimiento, su experiencia y su narración. La consolidación de la novela - el genero máximo de la narración en prosa - fue una entrada ad hoc para que la opción occidental no quedara coja, sin la emoción de la fantasía en un formato equivalente a su reflexionar sin límites.
El papel cardinal en la literatura occidental que Harold Bloom le atribuye a Shakespeare (1995), corresponde - lejos - a Cervantes; su error es explicable por su etnocentrismo anglosajón, refrendado por el liderazgo industrial y económico que asume a partir del siglo 19 y especialmente el 20 Inglaterra y EEUU, y su impacto en la culturas actuales.
Los fantasmas y demonios que azotan los personajes de Shakespeare son más medievales, la construcción de la identidad y búsqueda de sentido de Cervantes, son también medievales en algunos aspectos, pero están más presentes hoy, y estarán mañana.
La Modernidad, el desarrollo de Occidente y las potencialidades del mundo actual debe cada minuto de su magia a cientos de generaciones de hombres y mujeres anónimos que se destacan - entre los más cercanos - a través del aporte de pensadores como Descartes, Maquiavelo, Kant, Bacon, Hobbes, Locke, Vico, Hegel; y científicos como Kepler, Copérnico, Galileo, Newton, Pascal, Fermat, pero también a pintores como Leonardo, Migel Angel, della Francesca, Velásquez, Goya. A músicos como Guido D'Arezzo, Palestrina, Corelli, Vivaldi, Bach, Mozart y escritores como Dante, Rabelais, Moliere, Shakespeare, Schiller y, especialmente entre ellos quien destacamos aquí hoy, el propio Cervantes y su impagable Quijote.
Referencias
Bloom, Harold (1995): The Western Canon: The Books and School of the Ages. Riverhead Books.
Damasio Antonio (1996): El Error de Descartes. Editorial Andrés Bello. Santiago.
Kundera, Milan(1994): El Arte de la novela. Tusquets Editores, S.A. Barcelona
Nota: la imagen es de Picasso